Una vez dije no aunque quería decir sí. Lo dije con esa boca pequeña -enana- con la que se dicen las cosas cuando piensas que estás haciendo lo correcto. En realidad quería gritar 'sí' hasta quedarme afónica. O mejor aún, quería que me leyeran por dentro. sin necesidad de decir nada.
Me han invitado a bailar en una cárcel de oro y en vez de postales de amor, me ofrecieron la luna. Una luna eclipsada por la luz del sol. Nada que ver con esa otra que saca a bailar a los hombre lobo.
Pero nunca, nunca, nunca se han atrevido a preguntar qué llevo en la maleta...