Hoy no estoy para nadie, pediré perdón cuando mañana la resaca deshaga su abrazo perezoso. No estoy para nadie... salvo que tengas el sabor agridulce de los casi treinta y la textura fime. No estoy para nadie, aunque podrías convencerme a ritmo de ZZ Top y La Grange... con una Budweiser glaciar o con una sonrisa... casi mejor con una sonrisa.