jueves, 20 de diciembre de 2012

Ajo y agua

Erase una vez una ciudad poblada de crédulos. Tan famosa era la ingenuidad de sus habitantes que unos señores sin alma decidieron hacer su agosto. Desplegaron un catálogo de buenas maneras y mejores intenciones y, como no podía ser de otro modo, consiguieron que les entregaran las llaves de la ciudad. Ya con las llaves en el bolsillo, se deshicieron de la careta y empezaron a actuar con naturalidad, con la naturalidad de los desalmados. Y los habitantes de Credulandia no podían salir de su asombro. Los más optimistas se aferraban al estilo, al espectáculo, a las buenas intenciones explicadas antes del desembarco. Los más críticos, gritaban "os lo dije, os lo dije". Y la gran mayoría asistía con la boca abierta al engaño, a sabiendas de que nada se podía hacer para volver atrás y conscientes de lo mucho que estaba en juego.
Llegó la Navidad a Credulandia, momento de balances en todas las culturas, y con la amenaza del fin del mundo pendiendo sobre sus cabezas, los habitantes risueños de esta ciudad perdieron la sonrisa. En el balance económico, se destapó el desfalco. En el balance social, la desilusión había calado tanto que las calles estaban vacías. En el deportivo, cruzaban el desierto. Y la señora ciega miraba de reojo a más de uno.
"¿Y ahora qué?", se preguntaron en el pleno municipal. "¿Cómo recuperamos lo nuestro, aunque sea nuestro orgullo?", susurraban por los rincones.
Ajo y agua, respondió el viento.

jueves, 6 de diciembre de 2012

¿Qué comemos en Navidad?


Después de unos días para elegir el menú y pensando en Navidad, vuelvo a mi diario gastronómico. Ni el deseo ni el hambre ayudan a digerir ciertas cosas. Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Está claro que esa negación de la realidad tiene mucho que ver con la arrogancia de pensar que nadie puede poner matices a tu idea, o incluso tener mejores ideas que tú. Así las cosas, se llega a una situación real porque existe, pero irreal porque no se ajusta a la realidad. Así se mata la ilusión o se la amordaza tanto que pareciera que está muerta.
En tiempos de crisis, la esperanza de mejora es la única salida. Piénsenlo fríamente. Reflexionen por un segundo qué les hace tirar cuando todo alrededor parece que está en contra de sus necesidades. La palabra es ilusión, confianza en que algo puede cambiar a mejor, creencia ciega en que otros como usted lo han conseguido.
Si con 4.9 millones de parados declarados, los 3.000 millones de la revalorización de las pensiones regalados a la banca, la sanidad pública puesta en pie, la educación pública y de calidad contra las cuerdas y la maleta de muchos de nosotros puesta ya tras la puerta no somos capaces de buscar un atisbo de ilusión para seguir luchando... habrá llegado el momento de echarse a morir.
Si los políticos ahora responsables, otrora responsables o nunca con responsabilidad de decidir, no son capaces de abrir paso en su mente a la luz de alarma real, la que vive la gente de la calle que rebusca en los cajones los céntimos para comprar el pan a fin de mes; si no son capaces de levantarse desnudos de hipocresía y sin chaqueta de ningún color y pensar como personas, igual entonces es verdad que ha llegado el momento de decirles que no representan a nadie y que dejen de hablar en nuestro nombre cuando pisan Europa... y que no sigan construyendo para nosotros un piso en el que no queremos vivir. La abstención lleva décadas avisando de la desidia de unos y del cabreo de otros. Igual ha llegado el momento de no abstenerse de nada salvo de consumir políticos y sus políticas incompetentes.

domingo, 25 de noviembre de 2012

El sabor depende de la materia prima

Es una máxima en la cocina y no necesitábamos que nos lo contara Alberto Chicote. Una mala materia prima estropea el mejor de los platos. Al igual que un mal maridaje. Aunque el plato sea excelente, si lo acompañas de cocacola... Si es tan evidente, no entiendo porqué en Huelva, tierra de buen vino y de mejor comer, nos empeñamos en cargarnos la comida.
Evidentemente es una metáfora de lo que vemos cada día. Una empresa no puede ser nunca buena, competitiva, referente si no cuenta con trabajadores talentosos, comprometidos y motivados. Esa es la materia prima de cualquier empresa, sea un bar de tapas, una consultoría económica, una televisión o un taller de coches. Otra cuestión al margen es que debe estar reconocido su trabajo en sueldo, en plazos y en intangibles. Sí, señor. Porque no hay kilo de gamba de Huelva que cueste tres euros, y si los cuesta es porque lleva dos semanas en el frigorífico y huele. Porque si no pagamos al suministrador, dejará de preocuparse por traernos lo mejor de lo mejor. Y porque muchas veces un "gracias" o un piropo es tan válido como un aumento de sueldo.
En el mundo avanzado, en los ansiados Estados Unidos de América, por cierto, donde se mueren por tener la sanidad pública que nosotros desdeñamos, en la Alemania de Merkel,en la Gran Bretaña, etc, se pegan codazos por los profesionales de primer nivel y hasta han inventado el manager consulting. Ya saben, el que dice este sí y este no... aquí seguimos apostando por las papas a lo pobre o como mucho con rabas en vez de choco. Jesús, ¿qué te digo?. La buena gamba de Huelva siempre acaba triunfando.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Don Perignon

España no quiere ser el granero de Europa, prefiere ser un hotel de lujo donde sirven Don Perignon para desayunar. A mi no me gusta el champán ni el cava ni el espumoso de Huelva, así que se vuelve cada día más complicado mantener la residencia. Lo digo porque estoy dentro del grupo en peligro de caer en la exclusión: soy mujer rondando los cuarenta, estoy en el paro y mi sector productivo (el periodismo) es por encima de la construcción el de mayor coeficiente de desempleo en España desde que comenzó la crisis. Estar dentro de ese grupo que se pasea en la cuerda floja me hace susceptible de sufrir un desahucio, sí señores, el sueldo antes daba para la hipoteca y ahora da para las facturas y para hacer dieta de comida, de salud y de diversión, todo cabe.
Mi situación, por lo tanto, me coloca en el montón de los ciudadanos de segunda clase en España. Podemos pasar necesidad, sufrir los recortes y la subida de todo menos del sueldo, pero no nos podemos beneficiar de las medidas correctoras que idea el gobierno.
Si no pagamos a la Agencia Tributaria (miedo me da a mi la declaración de 2013 cobrando la prestación por desempleo), si trabajamos en negro o si no pagamos la hipoteca; nos multan y nos desahucian.
Si por el contrario despilfarras, pierdes, malgastas millones de euros, el gobierno te rescata. Si guardas dinero negro a espuertas, el gobierno cierra los ojos para que lo puedas blanquear. Y por último, si eres un extranjero con dinero suficiente como para pagar más de 160.000 euros por una vivienda en otro país, el gobierno te gestiona la residencia... amablemente. Si unimos más de un concepto, incluso si ganas dinero negro (drogas, prostitución, contrabando, etc) y lo inviertes en casa, no sólo lo legalizas sino que puedes formar parte de la elite de los mangantes nacionales.
Así está la cosa, no queremos inmigrantes pobres que vengan a hacer los trabajos que los españoles desdeñan. No queremos pobres que se beneficien de la sanidad pública. No queremos niños de distintos colores en nuestras escuelas. Preferimos mafias rusas o chinas... traen los bolsillos más llenos. 
Insisto,¡qué poco me gusta el Don Perignon!

domingo, 18 de noviembre de 2012

Chocolate amargo


Te busco en las sombras,
en la noche,
donde te encontré otra vez.
Te busco en las palabras muertas,
en el silencio eterno
donde siempre estabas.
Te busco en mi mente,
en mi otro corazón,
donde solo tú tienes sitio.
Te busco en la multitud
entre gente anónima,
donde cada rostro me devuelve un rasgo tuyo.
Te busco entre todos.
Me aferro a la carencia de tu ser.
Te pienso posible.
Te oigo vivo
tras la luz de mi oscuridad.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Migas con recuerdos

Día de lluvia en el pueblo, día de mesa camilla y de recuerdos. En la estufa tertulia, pasamos de un tema a otro como se hace en Andalucía, perdiéndonos en subordinadas eternas. De las migas, con el pan que ahora se compra cortado, a la crisis. De la crisis, a la Guerra Civil y a la postguerra. Es lo que tiene compartir tertulia con señoras nacidas en 1930. Les duelen las piernas y no recuerdan qué han merendado esta tarde, pero de su infancia no se les escapa un detalle. En mi barrio solo mataron a una mujer, me cuentan, porque era comunista. A 300 metros de mi casa, la mataron, junto a unas pitas que servían de refugio para jugar al escondite, cuando yo era pequeña. ¡Qué malo fue Franco!, se lamentan. Y apostillan, he visto en la tele que le han quitado todas las estatuas y la calle.
Desgranan recuerdos como las granadas, tan otoñales, tan de tosantos. En El Madroño hicieron "injurias", insisten. A las mujeres les cortaban las orejas para quedarse con los pendientes. Mataron a muchos, en el barrio menos, por el Gálvez, ilustre vecino guardia civil. Había que dormir con las puertas abiertas y con una bandera blanca en la puerta. Se los llevaban y los fusilaban en la tapia del cementerio. A las mujeres las rapaban y les daban purgante. ¡Lo que nos tocó vivir! 
Tienen más de 80 años y ahora les toca vivir el paro de sus hijos y nietos. Las penurias económicas de los suyos cuando casi ni les llegan las fuerzas para echarles una mano. Cuando casi no les llega la pensión para ayudarles un poco o para pagarse los medicamentos. La de los 20 es una generación perdida, se tendrán que ir de España, la suya es una generación nacida para sufrir. No es justo

viernes, 16 de noviembre de 2012

Papas a la ofensa

Cuando te sientas ofendida, piensa si fuiste tu primero la que ofendiste. Una simple recomendación de una simple mortal. La vida no deja de golpear y cada vez los golpes van más cerca del hígado. Habrá que aprender a esquivar las patadas o endurecer la piel hasta que ya no duelan. Seguro que cada uno de vosotros tenéis experiencias que se ajustan a la ofensa. Las mías las voy a olvidar, así me ahorro el disgusto.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Vinagreta de reclamaciones

La mitad del país en la calle y la máxima preocupación es si TVE da o no en directo el amistoso en Panamá. Cargas policiales, niños apaleados, piquetes informativos (y no tanto) y en discusión si Susaeta debería o no vestirse de rojo. Y en medio, los de siempre, los mentirosos periodistas. Las huelgas sirven para muchas cosas. La primera y más clara es para medir el descontento social, también la capacidad de los sindicatos para movilizar a su gente, pero especialmente lo que piensa la calle. El 14N ha dicho la gente que está harta de solucionarle la papeleta a políticos y banqueros. Que no quieren volver a escuchar que el trabajo es un derecho (salvo para el 25% de la población española) y que la vivienda es otro (salvo para las 526 familias que han perdido sus casa cada día de 2012 y las siguen perdiendo, a pesar de los rimbombantes anuncios de políticos y bancos). Lo que quieren es disfrutar de esos derechos, además de la sanidad pública, la educación pública, la justicia igual (sin distinción de cuenta bancaria). Eso quiere la gente y eso es lo que ha salido a pedir a la calle. Lo que no quiere la gente es pagar el 21% de IVA en los pañales para bebés, el mismo impuesto que pagan los 100 españoles que se pueden comprar un Ferrari de 400.000 euros. Durante toda la jornada me he cansado de leer y escuchar tópicos: los violentos, los que sólo se representan a si mismos, que si es una convocatoria política... Mi conclusión es que la huelga del 14N ha sido una protesta social. Y los que han ejercido su derecho a trabajar, bien porque ellos pueden hacerlo todavía. Y los que se han buscado una excusa como que les quitan del sueldo, las amenazas de las empresas o que era una huelga política, bien por ellos que pueden elegir. Cinco millones de españoles no han podido elegir y más pronto que tarde serán más. El gobierno no escuchará como tampoco sabe contar cuanta gente había en las calles de todas las ciudades de España. Utilizando su mismo argumento, hasta que asumieron el poder no eran responsables directos del rumbo del país, pero del empeoramiento de la situación sí que lo son. En las próximas elecciones, regionales, locales, provinciales o nacionales habrá que dejárselo claro.
Por cierto, bien por el Celta de Vigo y por el Rivas. El deporte no puede estar al margen de lo que pasa en la calle.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Dieta obligada

Pídeme que  sea honesta, no imparcial. No puedo serlo. Sangro si me cortas, lloro si me duele y me enfado cuando me faltas al respeto. Mis padres me dieron unos valores, valores de pueblo, de gente humilde y trabajadora. Mis maestros me dieron los instrumentos con los que construir el edificio de mi vida. Mis profesores me enseñaron a elegir. La Universidad a relativizar las cosas, a analizar y cribar. Mi primer trabajo a decir en alto lo que pienso, a no tener complejos que estorben. La vida me ha dado lo demás, incluso alguna puñalada por la espalda y patada en las espinillas. Pídeme que sea honesta con lo que veo y lo que entiendo que pasa, pero no me pidas nunca que sea imparcial porque como persona que soy tengo una mirada sobre las cosas. Soy periodista, nada más... y nada menos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Menú para una reflexión

Ahora que todas las cartas están sobre el tapete, que cada jugador conoce las posibilidades del adversario. Ahora que las naves están impregnadas de líquido inflamable. ¿Ahora qué? La sociedad española se ha lanzado un pulso a sí misma que se resolverá el miércoles. Si la huelga general tiene un seguimiento masivo, el gobierno tendría que tomar nota y replantearse las políticas de recortes. O bien podrá ignorar la voz del pueblo y arriesgarse a una moción de censura o, lo que es peor, una rebelión social de consecuencias incalculables. Si la huelga general se queda en una protesta a medias habremos asistido a un cambio consentido de las relaciones estado-pueblo, a la muerte definitiva del estadio del bienestar. Por cierto, que me refiero a datos reales, no a los que hacen los responsables de las subdelegaciones del gobierno que se saltaron las lecciones de cómo sumar y multiplicar. Estamos a tiempo de decidir que sociedad queremos... convoque quién convoque y esté quien esté en las manifestaciones.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Una receta de papá

Hay olores que no necesitan explicación. La resina de pino, la tierra mojada, el mineral, la flor de la manzanilla...los padres. El mío hubiese cumplido hoy 83 años, los ha cumplido de hecho. Lo revivo cada vez que llego a casa, la casa del pueblo que aún después de muchos años fuera siempre sigue teniendo esa identidad de casa-puerto-meta-refugio-hogar. Es un renacer sensitivo. Casi no quedan ya cosas suyas a la vista, salvo en su garaje o en su huerto, claro. Y es un recuerdo dulce, vitalista. Siempre fue un hombre rotundo, con sus aciertos y sus errores. Y práctico, muy práctico...las cosas hay que hacerlas mientras uno tiene fuerzas para hacerlas y nada, absolutamente nada, es imposible por difícil que parezca. Ya buscarás la manera. Hoy toca una receta prestada.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Indigestión

Mientras todos los españoles nos estremecemos con las noticia de un nuevo suicidio ante un aviso de desahucio, la ministra de empleo se congratula con Zoido de haber descubierto a 10.700 andaluces que trabajaban sin declarar lo trabajado. El 0,12 de los andaluces defrauda a la Seguridad Social y la mayoría de ellos lo hacen para subsistir, es decir, como fontaneros, albañiles, camareros o asistentas del hogar. Los datos, proporcionados por nuestra ministra más ministra, nos permiten llegar a dos conclusiones evidentes: que el mito de los Andaluces caraduras no es más que un mito (el porcentaje nacional es de 0,15) y que obcecarse con esta persecución sólo sirve para hacernos pensar que hacen algo para mejorar la situación.
Donde no han hecho nada, ni los de ahora ni los de antes, es en la ley de desahucios. Ilegal según Europa, que ha tardado una eternidad en pronunciarse al respecto, ha sido un fraude real para los ciudadanos. Una ley que les dejaba (nos deja) indefensos ante los bancos. La banca, que como bien dice Julio Anguita ha sido nacionalizada para devolvérsela a sus dueños privados una vez saneada, ha protagonizado un fraude real que se traduce en 526 desahucios diarios en 2012.  Ahora hay prisas, lo que no sabemos es para qué. ¿Hay prisas por solucionar un problema real que tiene visos de convertirse en un drama o prisas por complacer a Europa?

jueves, 8 de noviembre de 2012

Zumo de naranja

La que está cayendo... Cuando me dejan mi ordenador, que nada tiene que ver con un ipad de esos que roban en el Congreso, y las ganas buceo por las noticias que nos bombardean en busca de una que haga olvidar el gris del otoño. Hoy de momento, sólo la lista de ventas de cds nuevos, en la que se incluye el último de Loquillo. Soy fans absoluta y entregada, incluso de esas novelas de medio pelo que escribe.   A pesar de la alegría que me produce que el talento, el trabajo, la experiencia,la trayectoria se premie en este país, sobre todo porque es fuera de los circuitos mayores (radio fórmula, tele shows, etc), no quiero pararme en la música. Me paro mejor en la lluvia... y me acuerdo de algunos amigos míos a los que quizás ese fenómeno que a mi me reconforta tanto les esté aguando el mes. En este país tan vanguardista hay mucha gente que no cobra si el tiempo sale malo, lluvioso vamos. Trabajan en el campo, se pagan sus impuestos (aunque algunos políticos de pacotilla y parásitos con título nobiliario los desprecien) y están a expensas del tiempo, de la cosecha y de que los jefes puedan vender a un precio rentable para la empresa los productos que cultivan y recogen. Hay muchos inmigrantes, pero hay muchos nacidos en esta tierra bendita... muchos, muchos... que por la deseada lluvia este mes van a cobrar la mitad.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Desert

Entraste en mi
caballo de Troya de la melancolía
Tus manos se apretaron a mis manos,
tus labios despiadados,
mis sueños rotos...
Llegaste a mi machete en mano
rompiendo atisbos de conciencia,
de razón,
de dolor viejo.
Hiciste renacer de flores nuevas
un jardín marchito,
muerto y abandonado.
Brilló una luz mortecina, al alba.
Sonaron campanas.
Helados se quedaron mis ojos.
Ya no te quiero.


martes, 6 de noviembre de 2012

Amor afrutado

Hoy quiero hablar de amor. Del amor que me hace levantarme cada día, respirar hondo, contar hasta diez y seguir un poco más. Quiero hablar del motor de mi vida y del motor de la vida de la gran mayoría de las personas. A un lado quedan quienes piensan que se van a llevar algo de lo que tienen ahora al otro mundo (si es que existe ese otro mundo prometido). El amor es capaz de hacernos hacer cosas increíbles, pensar cosas increíbles y renunciar a casi todo. Por una vez en muchos meses puedo decir que no todo está perdido. Hoy quiero hablar de amor entre peras, manzanas y limones. ¿Qué más da si es amor?

lunes, 5 de noviembre de 2012

Ni con sal de frutas

Las cifras del paro no pasan por el gaznate ni bañadas de chocolate. 2.515 onubenses más están en el paro. En España ya son más de 4,8 millones de personas sin empleo y, lo que es peor, sin perspectivas de mejorar su situación. No hay forma de digerir la situación. Ni revistiéndola de necesidad ni con sal de frutas. Charlando esta mañana con gente de bien (de bien hacer, que yo no tengo religión que me guíe) comentábamos lo curioso que resulta ver a tanta gente válida fuera de la cadena de producción y otra gente no tan válida copando los puestos de trabajo. Así es la vida: dura e injusta. Por eso, en España pasamos de presumir de tener la más alta tasa europea de universitarios a darle un subidón a las matrículas, para que los que no pueden trabajar (por la redicha crisis) tampoco puedan estudiar (por la redicha crisis). Curiosamente, desde Europa suenan cantos de sirena. En Inglaterra abren los brazos a todos los enfermeros españoles, los mejor preparados del continente. Desde Alemania piden arquitectos e ingenieros. En la vecina Portugal siguen llamando a dentistas, enfermeros, médicos, fisioterapeutas, etc. A todos les sirven nuestros universitarios menos a nosotros. A nosotros nos gusta más la Princesa del Pueblo y compañía, su frescura descarnada, su ridículo descaro, su cutrez televisada.
Sube la tasa del paro mientras desde el gobierno insisten en que empieza a verse la luz al final del túnel, imagino que nuestra simpática ministra hizo las declaraciones cruzando Despeñaperros. Sube la tasa del paro mientras el Tribunal Constitucional pone en entredicho la Reforma Laboral. Sube la tasa del paro al tiempo que medio millón de españoles se va de España buscando la oportunidad que aquí ni tienen ni van a tener. Sube la tasa del paro mientras seguimos discutiendo si Messi o Cristiano es el mejor futbolista del universo. Sube la tasa del paro mientras nuestros políticos de izquierda, de centro y de derecha, locales, comarcales, regionales o nacionales siguen mirando su ombligo. Sube la tasa del paro... y sigue subiendo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Menú para un domingo casero

En duermevela, escuchando el silencio de mi calle en domingo, andaba yo cuando el ruido del camión de la limpieza vino a romper mi tranquilidad. Miré el reloj: las 8.15 horas. Y me acordé de una conversación que tuve esta semana con mi vecina del segundo. Se quejaba la señora de las molestias de los clientes de los bares del centro desde la noche del jueves. La habían mantenido en vela hasta las seis de la mañana y tuvo que levantarse a las nueve para hacer gestiones. Y es que está claro que ya se ha pasado la moda de perseguir el botellón y muy especialmente los consumidores de los bares de la zona centro (a dios gracia). El atronador ruido del camión de la limpieza, la manguera del agua (¡con la que había caído toda la noche!) y la conversación de los afortunados operarios (afortunados trabajadores en tiempos de crisis) en el silencio de la mañana no parece molestar a mi vecina, ni al resto de habitantes de la zona centro. Se ve que el ruido a las ocho de la mañana es menos ruido, a pesar de que sea domingo. Ahora que lo pienso, tampoco he escuchado a nadie quejarse del guateque que forma el camión de la basura cada noche sea víspera de festivo o simple lunes. O el que limpia los contenedores y aprovecha para jugar a los choques con contenedores y coches. 
De una cosa fui a otra y me acordé de mi amigo Mariano, obligado a irse de Huelva por la coyuntura económica y por el empeño de algunos en hacer una justicia más justa para unos que para otros. Se cansó de solicitar licencia para veladores en su bar y de recibir negativas absurdas... tan absurdas que el mismo bar al que cedió su licencia tiene una decena de mesas en su terraza pocos meses después. Y de una cosa a otra para llegar a la noticia que vi en Canal Sur hace unos días sobre el acuerdo entre empresarios y el Ayuntamiento por la subida de las tasas de los veladores (400 euros al mes de media, una barbaridad en tiempo de crisis). Un dato especialmente llamativo: los bares del centro han aumentado casi en un 60% el número de mesas en su exterior en los últimos meses, lo que se traduce en dinero para las arcas municipales y en ruido para la calle. El balón ahora en el tejado de los vecinos y sus asociaciones que como no cobran subvenciones por la política de recortes imagino que estarán más batalladoras que nunca.
Como veis, el desayuno de este domingo fin de puente estuvo a punto de estropearme el día. Claro que no hay nada que no arregle un buen chaparrón... ¡me encanta la lluvia de otoño!
Disfrutando del olor a tierra mojada (una de las ventajas de vivir frente a un cabezo medio parque asalvajado) estaba cuando vi como una ilustre vecina de mi barrio se disponía a realizar su ritual diario: dar de comer a los gatos del cabezo. Y como mi mente estaba en modo asociativo me acordé de la suciedad que deja la señora con los piensos de gato, especialmente cuando los moja la lluvia o el del camión de la limpieza; los restos de comida y los envases que usa para dar de comer a sus mascotas callejeras. ¿A nadie le molesta el olor o la suciedad de estos gatos y esta señora? Se ve que no, porque llevo diez años viviendo en este barrio y ahí sigue la señora y sus gatos.
Y por cerrar el círculo de la limpieza, las calles y las protestas ciudadanas terminé reflexionando sobre los perros y su mierda. Propongo una multa por defecación callejera... vamos, la misma que nos pondrían a cualquiera de nosotros si nos encuentran haciendo en la calle lo que no se debe de hacer lejos del wc.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Un aperitivo optimista


A pesar de la lluvia, del gris del cielo y del encierro forzado, estoy contenta. Hay cosas en la vida que son como un chute de adrenalina. Tiene más que ver con lo que significan para uno mismo y menos con el valor objetivo de los acontecimientos en sí. Por eso, una cerveza con los amigos es más valiosa que un almuerzo con el presidente del gobierno. Como decía, estoy contenta y no es porque no tenga razones para salir a la calle a protestar por las políticas canallas que están matando a una generación entera (o por los empresarios canallas que se aprovechan de las circunstancias para seguir ganando), sino porque he desarrollado con el tiempo un sano gusto por las cosas pequeñas. Un rato con los amigos, una frase de cariño inesperada y espontánea, y un espectáculo genuino llenan la mochila de buenas sensaciones. Dejan un agradable regusto y despiertan las ganas de seguir consumiendo esas buenas sensaciones. En tiempos de crisis, de ahorro, de escaseo, les propongo un buen plan para los viernes por la noche. A las 21.00 horas, en el Andrés Estrada (escenario de tantos días de historia del baloncesto onubense), cada quince días se puede ver espectáculo deportivo, calidad humana, esfuerzo, optimismo, ganas de trabajar... una receta perfecta para huir/salir de la crisis. A mi me sirve de catarsis, prueben, prueben... quizás se enganchen.

¿Por qué?

Porque lo peor que puede pasar en la vida es no tener nada que decir y a mi me quedan cosas. Porque siempre será mejor moverse que permanecer quieta. Porque una montaña puede construirse a partir de un grano de arena. Porque los que no están nunca fueron amigos y los amigos siempre están cerca a pesar de los kilómetros. Por eso y por muchas cosas más, compartiré con vosotros mis recetas de la vida.