viernes, 17 de noviembre de 2023

Sí, yo he sido la causa

Uno debería poder elegir siempre, sin importar las consecuencias. Sin que la reacción nos deje helados en la acción. Sin arrepentirnos.

Uno debería poder vivir su vida sin el lastre de lo que pueda perder por el camino de sus elecciones. Deberíamos tirarnos al agua con los ojos cerrados y que el aterrizaje fuera estético, limpio, perfecto...

Pero en este mundo de acciones concatenadas, de energías que se rozan, de almas que se emparejan, siempre que tomamos un camino es sin red de seguridad. Siempre que movemos ficha provocamos que el de al lado se recoloque.

Esa es para mi la realidad más complicada de aceptar y, sin embargo, el único síntoma real de madurez. Si me muevo, puede que ya nada sea igual que antes. Y sí, yo he sido la causa, digan lo que digan los gurús de la autoayuda.