jueves, 19 de marzo de 2020

De la que te has librado, papá

De la que te has librado papá, la Tercera Guerra Mundial se llama pandemia y como toda guerra está dejando en la cuneta a santos y pecadores.
En realidad poco han cambiado las cosas. Los que tienen dinero huyeron buscando cobijo a la primera bomba, poco les importó que sus vacaciones pagadas por el estado repartiera al bicho por todos lados. Pretendían evitar aglomeraciones, contaminación y darse unas bonitas vacaciones. Es curioso cómo cambia la torna cuando lo que corren peligro son los tuyos, eres tú. Entonces son menos nítidas las fronteras, los acentos importan menos... hay otras prioridades. Los que estamos pelados, pues seguimos pelados. Vamos a trabajar (los que siguen teniendo trabajo) y campeamos el temporal con imaginación y buen ánimo.
Te habrías llevado las manos a la cabeza al ver cómo el tonto del pueblo da instrucciones de qué hacer con el país. Sí, Manolito, el que va a trabajar sin guantes porque no sabe qué hacer con las manos, al que le da calor la mascarilla y se la quita esparciendo o recogiendo bichos por todas partes, al que comparte el pitillo porque ¿qué va a pasar con eso? En el campo no se contagian las cosas, eso es cosa de ciudad. Ni piensa en sus hijos ni en su madre ni en las familias de sus compañeros.
También está intentando dirigir el país otro conocido tuyo, sí Alfonso. Él es más regio. Con sacar los tanques a la calle, cerrar las fronteras y dejar morir a los viejos que saturan las pensiones (cómo si él no entrase en la categoría) habría solucionado esto y sin cuarentena. ¿Cuarentena para qué? Pasear por la calle no es delito y no va a venir ningún perro flauta a decirle a él si puede o no puede salir a la calle. ¡Comunistas dictadores de mierda!
El del banco también ha hecho un máster en emergencia social, sí, no te rías. Un ERTE generalizado el día antes de que anunciaran el estado de alarma y a vivir de las rentas.
Los supermercados se están haciendo de oro, como si una vez muerto nos fueran a enterrar como a los antiguos con el banquete o envueltos  en papel higiénico... curiosa mortaja de mierda. La estupidez humana no tiene límites y nos roza a todos, no estamos limpios ni uno. Dentro de unos días, estas grandes empresas que han tenido a los suyos una semana trabajando sin protección y a destajo, harán una donación de esas que desgravan en Hacienda y listo. Conciencia limpia y todos a pasear bolsas con la marca.
Las grandes empresas no han parado. Las que se pueden arreglar con teletrabajo nos han mandado a casa a que nosotros paguemos la factura de la luz (sobre esto ya te cuento otro día). La rueda sigue girando. Y las que no, ya sabes, ese sector tan primario como son las compras por internet, pues mantienen a sus trabajadores como gallinas ponedoras en su cubículo atendiendo el ocio del que está en casa y no sabe entretenerse más que con el teletienda (no te comento lo de Amazon porque te fuiste antes de que fuera una moda).
En fin papá, menos mal que te fuiste y no has tenido que aguantar al tonto del pueblo dirigiendo el tráfico... ya sabes... roto el corazón porque no podrá disfrutar de las fiestas (santas o paganas) de la primavera y dando instrucciones con faltas de ortografía... vamos, Joselín, que seguimos igual pero en cuarentena.

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