jueves, 20 de septiembre de 2018

Copas largas

Te gustaban las copas largas, tan largas como tus silencios. Nunca bailabas y tu cara de pocos amigos solía espantar a casi todos. El resto, unos pocos elegidos, éramos obsequiados con tus sonrisas y tu sarcasmo, entonces la vida era más fácil. Era mejor.
Lo que más me gustaba de ti era tu pierna izquierda. Con ese físico perfecto sin proponértelo dabas el pego como deportista de talento, sin embargo sólo se salvaba tu pierna izquierda. Bueno...  y la potencia de zancada, en eso eras inalcanzable. Y lo que menos, tu incapacidad para relacionarte con otros siendo tú mismo, sin que mediara un chiste.
Contigo gané la peor de las apuestas. Te cambié mi trenza por un beso y aceptaste, quizás para hacerme callar.
Una vez te dije que por tí sería capaz de renunciar a todos mis planes de vida. Me miraste a los ojos, sin parpadear. Diste un sorbo a tu copa larga y dejaste pasar el tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario