lunes, 19 de noviembre de 2012

Don Perignon

España no quiere ser el granero de Europa, prefiere ser un hotel de lujo donde sirven Don Perignon para desayunar. A mi no me gusta el champán ni el cava ni el espumoso de Huelva, así que se vuelve cada día más complicado mantener la residencia. Lo digo porque estoy dentro del grupo en peligro de caer en la exclusión: soy mujer rondando los cuarenta, estoy en el paro y mi sector productivo (el periodismo) es por encima de la construcción el de mayor coeficiente de desempleo en España desde que comenzó la crisis. Estar dentro de ese grupo que se pasea en la cuerda floja me hace susceptible de sufrir un desahucio, sí señores, el sueldo antes daba para la hipoteca y ahora da para las facturas y para hacer dieta de comida, de salud y de diversión, todo cabe.
Mi situación, por lo tanto, me coloca en el montón de los ciudadanos de segunda clase en España. Podemos pasar necesidad, sufrir los recortes y la subida de todo menos del sueldo, pero no nos podemos beneficiar de las medidas correctoras que idea el gobierno.
Si no pagamos a la Agencia Tributaria (miedo me da a mi la declaración de 2013 cobrando la prestación por desempleo), si trabajamos en negro o si no pagamos la hipoteca; nos multan y nos desahucian.
Si por el contrario despilfarras, pierdes, malgastas millones de euros, el gobierno te rescata. Si guardas dinero negro a espuertas, el gobierno cierra los ojos para que lo puedas blanquear. Y por último, si eres un extranjero con dinero suficiente como para pagar más de 160.000 euros por una vivienda en otro país, el gobierno te gestiona la residencia... amablemente. Si unimos más de un concepto, incluso si ganas dinero negro (drogas, prostitución, contrabando, etc) y lo inviertes en casa, no sólo lo legalizas sino que puedes formar parte de la elite de los mangantes nacionales.
Así está la cosa, no queremos inmigrantes pobres que vengan a hacer los trabajos que los españoles desdeñan. No queremos pobres que se beneficien de la sanidad pública. No queremos niños de distintos colores en nuestras escuelas. Preferimos mafias rusas o chinas... traen los bolsillos más llenos. 
Insisto,¡qué poco me gusta el Don Perignon!

3 comentarios:

  1. cada vez somos mas los ciudadanos de segunda, y hasta tercera clase

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  2. Se te olvida algo. También se pueden tener cuentas en Suiza, por ejemplo.

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  3. o en las islas caimán
    Yo he sido cuidadana de primera, de tercera y ahora de segunda,gracias a las circunstancias que me rodean ( no descarto volver a la 3ª división)...
    A mí tampoco me gusta el Don Perignon

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