domingo, 4 de noviembre de 2012

Menú para un domingo casero

En duermevela, escuchando el silencio de mi calle en domingo, andaba yo cuando el ruido del camión de la limpieza vino a romper mi tranquilidad. Miré el reloj: las 8.15 horas. Y me acordé de una conversación que tuve esta semana con mi vecina del segundo. Se quejaba la señora de las molestias de los clientes de los bares del centro desde la noche del jueves. La habían mantenido en vela hasta las seis de la mañana y tuvo que levantarse a las nueve para hacer gestiones. Y es que está claro que ya se ha pasado la moda de perseguir el botellón y muy especialmente los consumidores de los bares de la zona centro (a dios gracia). El atronador ruido del camión de la limpieza, la manguera del agua (¡con la que había caído toda la noche!) y la conversación de los afortunados operarios (afortunados trabajadores en tiempos de crisis) en el silencio de la mañana no parece molestar a mi vecina, ni al resto de habitantes de la zona centro. Se ve que el ruido a las ocho de la mañana es menos ruido, a pesar de que sea domingo. Ahora que lo pienso, tampoco he escuchado a nadie quejarse del guateque que forma el camión de la basura cada noche sea víspera de festivo o simple lunes. O el que limpia los contenedores y aprovecha para jugar a los choques con contenedores y coches. 
De una cosa fui a otra y me acordé de mi amigo Mariano, obligado a irse de Huelva por la coyuntura económica y por el empeño de algunos en hacer una justicia más justa para unos que para otros. Se cansó de solicitar licencia para veladores en su bar y de recibir negativas absurdas... tan absurdas que el mismo bar al que cedió su licencia tiene una decena de mesas en su terraza pocos meses después. Y de una cosa a otra para llegar a la noticia que vi en Canal Sur hace unos días sobre el acuerdo entre empresarios y el Ayuntamiento por la subida de las tasas de los veladores (400 euros al mes de media, una barbaridad en tiempo de crisis). Un dato especialmente llamativo: los bares del centro han aumentado casi en un 60% el número de mesas en su exterior en los últimos meses, lo que se traduce en dinero para las arcas municipales y en ruido para la calle. El balón ahora en el tejado de los vecinos y sus asociaciones que como no cobran subvenciones por la política de recortes imagino que estarán más batalladoras que nunca.
Como veis, el desayuno de este domingo fin de puente estuvo a punto de estropearme el día. Claro que no hay nada que no arregle un buen chaparrón... ¡me encanta la lluvia de otoño!
Disfrutando del olor a tierra mojada (una de las ventajas de vivir frente a un cabezo medio parque asalvajado) estaba cuando vi como una ilustre vecina de mi barrio se disponía a realizar su ritual diario: dar de comer a los gatos del cabezo. Y como mi mente estaba en modo asociativo me acordé de la suciedad que deja la señora con los piensos de gato, especialmente cuando los moja la lluvia o el del camión de la limpieza; los restos de comida y los envases que usa para dar de comer a sus mascotas callejeras. ¿A nadie le molesta el olor o la suciedad de estos gatos y esta señora? Se ve que no, porque llevo diez años viviendo en este barrio y ahí sigue la señora y sus gatos.
Y por cerrar el círculo de la limpieza, las calles y las protestas ciudadanas terminé reflexionando sobre los perros y su mierda. Propongo una multa por defecación callejera... vamos, la misma que nos pondrían a cualquiera de nosotros si nos encuentran haciendo en la calle lo que no se debe de hacer lejos del wc.

3 comentarios:

  1. Tu no estás hecha para levantarte temprano... Me encanta tu cabeza todo el dia atando cabos y liandola parda entre una cosa y otra. Si alguien sabe que tiene que ver el tocino con la velocidad esa es mi Fali.

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    Esa cabecita no para de darle vueltas a todo, incluso un domingo a las 8:15.
    El tema de mariano, injusto pero, supongo, que le faltaban "enchufes" de los que sí disponen otras personas , seguramente, menos cualificadas.
    Lo de la señora que da de comer a los gatos...Mis hijos eran pequeños (20 y 23 años, actualmente) y esa mujer ya andaba alimentando a los felinos del cabezo.Osea, que ya son años .
    Y lo de las cacas de perro...creo que ese dicho de "si pisas una te toca el cupón" debió inventarlo uno que nunca llevaba bolsitas para recoger lo que iba dejando su "mejor amigo".

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  3. No me queda claro si la multa la pagaría el infractor(perro)o su "mejor amigo",pero el perro no tiene bolsillos para llevar la bolsita,así que no me parecería justo que fuese el can quien pagase por defecar donde le ha permitido "su mejor amigo".

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